Nos encontramos ante una fotografía en blanco y negro, cuyo género es la fotografía documental, retrato. Improvisada. Se trata de una de las fotografías de una serie de 6 (tomadas en 10 minutos).
La autora de esta fotografía es DOROTHEA LANGE, una fotoperiodista documental estadounidense (1895-1965). Se convirtió en una de las más destacadas gracias a su obra “Gran Depresión”, donde mostraba fotografías humanistas sobre las terribles consecuencias de la Gran Depresión. Llevó el estudio a las calles retratando en sus fotos a pobres y marginados, especialmente campesinos, familias desplazadas e inmigrantes, las cuales distribuía sin coste a los periódicos nacionales.
"Te cuelgas la cámara en el cuello así como te calzas los zapatos y ahí está, un accesorio del cuerpo que comparte la vida contigo. La cámara es un instrumento que enseña a la gente cómo ver sin la cámara"
Dorothea Lange
La imagen fue tomada en el año 1936, en un campo de Nipomo. La mujer que aparece es Florence Owens Thompson, pero la autora nunca supo su nombre. Según Lange, la familia le atrajo como un imán. Dijo que la madre le había contado que no tenían dinero para comer y se alimentaban de lo que encontraban en los alrededores y pájaros que los niños mataban. Se la encontró en la tienda, sentada con los niños y supo que tenía que fotografiarla, que eso les ayudaría a las 2. Pero según uno de los hijos de Florence, esta versión no era totalmente correcta, sino que en ese momento habían acampado provisionalmente porque el coche se había estropeado mientras viajaban a Watsonville.
Su formato es rectangular, con un encuadre vertical, pues es la posición más sugerida para este tipo de género, consiguiendo así aislar a la persona de su entorno para darle a ella la mayor importancia posible. Es un plano medio largo, ya que muestra a la madre sentada y se les ve a todos el tronco y brazos completos. Tiene una angulación neutra, con la posición de la cámara a la altura de los ojos. El foco está en las personas, y al ocupar la gran parte de la imagen, la vemos toda enfocada salvo el fondo en la parte de arriba, creando muy poca profundidad de campo. Se observa armonía y contraste en el blanco y negro tratado, entre las luces y las sombras y entre el enfoque y desenfoque. En cuanto a la composición, deja a la madre centrada en la parte de arriba de la imagen, con una mirada perdida, y un niño a cada lado apoyado en sus hombros, creando calma con esa simetría, a la vez que un estado inquietante por lo que llega a transmitir la fotografía por sí sola. Ha hecho un buen uso del blanco y negro, podemos apreciar que pasa del blanco al negro con una gran gama de grises, siendo así una fotografía muy contrastada, donde se distinguen muy bien las luces y las sombras. La autora ha utilizado una iluminación natural, tomada en la calle con la luz del día, como es la fotografía documental.
Como opinión personal, he de decir que es una fotografía que por sí sola impacta. La cara de la madre, su mirada perdida, la ignorancia de los niños al esconderse tras ella, y el bebé acogido en sus brazos. Nos muestra la situación en la que viven algunas personas, nos hace reflexionar, que seamos conscientes de que más allá de nuestro día a día y nuestro alrededor, hay personas que viven mejor que nosotros, pero también peor, y que a estos últimos nadie les escucha. Al mostrarnos un hecho familiar nos hace llegar con más sentimiento humano, sensiblería. Quiere denunciar la situación precaria de estas personas y que hagamos conciencia social.
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